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Justicia ambiental y deuda ecológica

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por Joan Martínez Alier – Desde el punto de vista de la universidad hay un nuevo tipo de estudio que podemos llamar ecología política que estudia los conflictos ecológicos poniendo atención en la resistencia local y en la explotación de los recursos, también podríamos decir que son movimientos de Justicia Ambiental. Estos conflictos nacen por algo que la economía ecológica estudia (he visto que han puesto que yo era economista pero yo soy un economista arrepentido, porque también soy un español, bueno yo no soy español, soy catalán, pero si fuera español sería un español arrepentido sobre todo acá en Cartagena de Indias y en otros lugares. Lo digo en broma pero es una cosa bien seria), hay gente ahora que con el nombre de economía ecológica estudia cómo la economía utiliza cada vez más materiales, cada vez más energía; no hay ninguna señal de desmaterialización de la economía y la economía ecológica ve que el valor de las cosas –por ejemplo si Urrá se construye o no– no se puede resolver midiendo los kilovatios hora, multiplicando por sus precios, viendo que hay una inundación ,contando los muertos, contando cuanto vale cada muerto o cada hectárea inundada, cuanto vale la cultura de los Embéra, y de esta manera hacer un análisis costo-beneficio, esto que es lo que hacen los economistas. Están equivocados socialmente y también intelectualmente, hay muchos sistemas distintos de valores que en estos conflictos aparecen y es bien importante preocuparse por la subsistencia humana, la diversidad de las especies o, como los Uwa han dicho, la cuestión de la sacralidad de la tierra. Yo voy a hablar de lo que ocurre en el ambiente cuando la economía choca con éste y de los conflictos que se generan.

Hay gente en el Norte, sobre todo sociólogos, que durante años han estado diciendo que esto de la preocupación ambiental es un lujo de los ricos, pero de hecho es todo lo contrario, es una necesidad de los pobres o de los empobrecidos, nadie puede vivir fuera del ambiente, todos somos seres de la naturaleza y por tanto necesitamos el ambiente. El Movimiento de Justicia Ambiental en Estados Unidos, también en Sudáfrica y en Brasil –con el nombre de Movimiento Organizado por la Justicia Ambiental– y todas estas luchas de resistencia que hace años llamamos el ecologismo popular, o ambientalismo popular o de los pobres, han arruinado esta teoría de algunos sociólogos de que el interés por el ambiente era algo que nacía cuando la gente ya tenía sus necesidades materiales satisfechas y se preocupaban de las ballenas o de los osos panda. Algo hay de esto, pero las necesidades materiales se basan en la naturaleza y por supuesto que los pobres se preocupan del ambiente. El ataque de la economía capitalista contra el medio ambiente no sólo se ve en la destrucción de zonas que quedan todavía fuera del mercado sino también en la demanda que hay en el mundo. Si ustedes son colombianos, ecuatorianos o peruanos lo saben perfectamente (yo he aprendido muchas de estas cosas en viajes e instancias en América Latina), o podría uno ir a Indonesia o Sudáfrica y sería lo mismo, es que la economía mundial cada día esta usando más materiales y más energía que sean baratos o incluso que tengan un precio cero como pasa por ejemplo con la atmósfera como reservorio donde se coloca el dióxido de carbono que se vende a precio cero, este precio cero no indica abundancia lo que indica es una situación de poder, de abuso, en la cual los que tienen más poder pueden extraer los recursos más baratos.

Por tanto, lo que vemos es que hay mas y mas conflictos sobre cómo se va a distribuir la contaminación y el acceso a los recursos naturales. Se usan distintos lenguajes en nuestros conflictos: el lenguaje de la deuda ecológica que se inventó en América Latina hace como doce o trece años, en Filipinas e Indonesia lo están usando también. Ese lenguaje que hace referencia a la deuda que el Norte tiene con el Sur es uno de estos lenguajes que se pueden usar en estos conflictos. Vemos que hay mucha discusión y estadísticas tratando de demostrar que en la economía tal vez hay una tendencia a que nos desmaterialicemos un poco, alguien dice que habrá nuevas tecnologías, nanotecnologías, que la economía puede crecer, que el producto interno bruto (PIB) puede crecer usando menos materiales; bueno puede ser que en relación al PIB usemos menos materiales en toneladas o menos energía, pero al medio ambiente el PIB le da lo mismo, lo que importa es la tendencia en cantidad absoluta, y en ésta vemos realmente que en el mundo usamos más materiales y más energía. Cuando hay un cierto ahorro de energía y materiales y entonces la gente tal vez tiene un poco mas de plata disponible vemos que compran lo que sea: pueden comprar oro del que se quiere sacar de Tambogrande o de Yanacocha en Perú, compran diamantes, viajes de turismo por el mundo etc. El consumo de los ricos es lo que está llevando realmente a esta destrucción de la naturaleza y a este abuso contra la gente pobre. Todo el debate de la des materialización de la economía, que es importante en círculos ambientalistas en Europa y en otros lugares, no es el verdadero debate, lo verdadero es que aunque la producción mejore su eficiencia los ricos del mundo piden más y más recursos aunque sea de cosas tan inútiles como pueden ser camarones de cultivos de la costa en Tumaco que han destruido manglar (no comen los ricos del mundo camarón por las proteínas sino por una cosa extraña que yo no se cómo explicar porque no saben lo que comen, si lo supieran quizá no lo comerían).

Esto conecta con algo que hoy en día es de actualidad aquí en Cartagena donde la compañía española Unión Fenosa, localmente conocida como Unión Penosa, está cortando la electricidad en barrios pobres. Hace un año, los que estábamos en Johannesburgo, algunos por lo menos, marchamos por la calle (a mi juicio eso fue lo más interesante que hubo en Johannesburgo) con gente de Alexandra y otros lugares. Creo que es interesante ver qué ocurre en otros sitios del mundo, la gente pobre dice: necesitamos electricidad, agua para vivir, aire para respirar – y no necesariamente son ecologistas o ambientalistas. Ayer por la noche hubo aquí en barrios de Cartagena una pequeña insurrección local de gente protestando físicamente contra instalaciones de Unión Fenosa porque les cortan la luz a barrios enteros porque no pagan, como van a pagar si no tienen plata. Esto que parece un conflicto urbano local se convierte en una posición general de un plan energético alternativo, de un plan económico alternativo que dice que toda la economía de países extractores como Sudáfrica o Colombia está basada en exportar materias primas baratas, con energía y con agua subsidiada cuando la gente pobre esta realmente sin luz y sin agua.

Cuando yo aterrizo en Bogota veo que el aeropuerto se llama “El Dorado”, a alguien que venga de España le pone los pelos de punta que se llame así porque es la historia de América Latina: oro dorado, oro blanco, oro verde, oro negro, todo es oro. A ver quién se lleva el oro totalmente innecesario que produce muertos y contaminación con cianuro, con mercurio, y por esto la gente protesta.

Ahora voy a decir una lista de las palabras que se han usado en las luchas en el mundo (no las han inventado los profesores de universidad sino el movimiento social). En Estados Unidos se ha hablado de racismo ambiental que quiere decir la carga desproporcionada de contaminación en áreas donde predomina población de color, como dicen en Estados Unidos. El Movimiento de Justicia Ambiental está organizado contra el racismo ambiental. Se le llama chantaje ambiental a cuando te dicen: o permites que se haga la instalación o te quedas sin trabajo. Creo que dar nombre a los conflictos es bueno porque permite identificarlos, permite compararlos, permite que los grupos alrededor del mundo se ayuden unos a otros diciendo ¡esto también pasa aquí!, de esta manera la gente tiene mas fuerza. La lucha de tóxicos es un nombre que se ha dado para conflictos sobre metales pesados. Green Peace habló de imperialismo tóxico para referirse a cuando se envían residuos tóxicos de países ricos a países pobres, que está en teoría prohibido por la comisión de Basilea, pero hay muchísimo de esto. De manera mas general se está hablando de comercio ecológicamente desigual, América Latina está exportando seis veces más toneladas de las que importa sin contar las mochilas ecológicas de todas las escorias que se quedan, claro exportan barato e importan caro. la Unión Europea importa cuatro veces más toneladas de las que exporta. Yo pregunto en la clase ¿cuál es el socio comercial mas importante de España? y los estudiantes dicen: es la Unión Europea. Pero no es así. Es África, importamos mucho mas toneladas baratas de África: gas, petróleo, fosfatos, etc. Por tanto, cuando se dice que África se ha vuelto prescindible en la economía mundial o que América latina bajó el comercio en porcentaje en dinero es falso. Físicamente no es así, el Norte depende del Sur más que en la época de Potosí (al fin y al cabo era una cosa superflua la plata aunque socialmente fuera importante), ahora dependemos en lo superfluo como los camarones o el oro y en lo esencial como el petróleo. Dependemos y no pagamos, al contrario se exige el pago de la deuda externa. Teorías sobre el comercio ecológicamente desigual son antiguas y ahora reviven porque hay muchos movimientos en el mundo que usan estas ideas.

La deuda ecológica reúne muchos aspectos y no tendré tiempo de explicar lo mucho que se ha escrito en los últimos años sobre ella, la cuestión es si es un concepto que le sirve o no a la gente. Reúne dos aspectos: por un lado, toda esta cuestión de la absorción barata de recursos naturales, el comercio ecológicamente desigual. Por otro lado, la ocupación de espacio ambiental ajeno de una manera gratuita, como hacemos los países ricos del mundo con las emisiones de dióxido de carbono, con la destrucción de la capa de ozono que era una tecnología del Norte y que ahora está mas o menos en vías de solución. Pero el efecto invernadero no está en vías de solución sino que se está agravando. Muchas empresas tienen pasivos ambientales. Esta palabra pasivo ambiental surgió cuando yo estaba en Cochabamba, en Bolivia, dando un seminario de la deuda ecológica y había alguien de un sindicato de mineros escuchando, escuchó dos días y al tercero dijo: esto se llama aquí pasivos ambientales, y le dije: esto pasa mucho cuando uno da clases no a estudiantes de universidad sino a gente normal que sabe bastante mas, y dije pues ya está, para qué estoy dando clases si aquí ya han discutido los pasivos ambientales, o sea, lo que las empresas deben y si los reúnes todos esto es parte también de la deuda ecológica. Otra parte de la deuda ecológica es la bio piratería, ésta tiene cuatrocientos cincuenta años en América con la Chinchona oficinales andina que se llevó para curar la malaria o para bajar las fiebres que producía. A esa corteza del árbol hasta le pusieron un nombre español; la chinchona viene de la condesa de Chinchón que se curó un poquito con la corteza. Esto es un caso de 1638 y también ahora vemos que hay patentes o intentos sobre la hamaca, sobre la ayahuasca, hay robo de conocimiento sin pagar nada a cambio y sin reconocer – porque la cuestión a veces no es el pago, sino el reconocimiento.

Otro conflicto es la erosión del suelo que viene de que la gente pobre tenga que estar en la ladera, y los valles son de los mas ricos para exportar flores.

Hay un informe reciente de un grupo que se llama Justicia Ambiental Inglés que ha contado los muertos que ha habido en Honduras por ejemplo. Este informe cuenta en los últimos diez años unos 200 muertos defendiendo los manglares contra las camaroneras. Una mujer resultó muerta en Bangla Desh en un conflicto contra los camaroneros hace diez años en un pueblo que se llama Orinjola, cada año se reúne gente allí para celebrar esta mártir del ecologismo popular y una zona que han declarado libre de camaroneras. Luego hay conflictos sobre el agua, de muchos aspectos del agua: la defensa de los ríos contra las represas, como Urrá hay tantos casos, o el Bio-Bio, muchos de ellos perdidos pero algunos ganados. Lo interesante es que si uno va Puerto Alegre, por ejemplo, ve que hay un gran movimiento internacional por el agua, o la gran presencia de Vía Campesina Internacional, esto es nuevo en la historia del mundo – como decía Andrés Barreda de las manifestaciones contra la guerra en Irak – y además tienen ideas nuevas de cómo habría que hacer las cosas. Aquí el otro día el presidente de Colombia arremetía contra las ONG, bueno es que es ignorante en el sentido de que llevamos muchos años 30 o 40 o quizá 100 o 150 años de esta………. Fin del cassette.

En Andalucía la Rió Tinto mató entre cien y doscientas personas con un regimiento militar que se llama “el regimiento de Pavia”, mataron gente que protestaba contra la contaminación de la que la Rió Tinto es responsable. También hay conflictos de transporte como yo aprendí por ejemplo con la hidrovía Paraguay – Paraná hablando con la gente de Rosario y de toda la cuenca hace años, también está la campaña Ríos Vivos que nace de esto. Hay muchos conflictos sobre transportes porque la economía cada vez está usando mas recursos, del caso del Prestigie en Galicia se ha hablado mucho el último año pero hay muchos mas de estos conflictos de transporte, el OSP en Ecuador ahora o el Sote antiguo (a mi me parece que ha vertido mas petróleo el Sote, el primer oleoducto, que lo que ha vertido el Prestigie, lo que pasa es que a lo largo de treinta años). Hay gente que protesta en Europa, en Austria o Suiza contra el tráfico continuo de camiones, hay conflictos internacionales sobre la pesca pero también hay conflictos locales de gente que dice ¡queremos derechos de pesca!. Vean que el lenguaje se usa, derechos indígenas territoriales, derecho internacional público, también se puede usar un lenguaje económico pero lo mas eficaz para la gente pobre es no usar este tipo de lenguaje porque los pobres son baratos en el mundo Lo más eficaz dentro del repertorio cultural que tiene distinta gente del mundo es usar otros lenguajes de valoración, no dejarse atrapar como una tortuga en una red camaronera, no dejarse atrapar en la lógica de la valoración económica, usarla quizá pero no dejarse atrapar y combatir estos conflictos con otros lenguajes. Por ultimo, hablaré del conflicto al que yo he puesto el nombre de Anila Garbal porque es la gente de la India la que lo planteó por primera vez. ¿Quién tiene derecho a los CINCS? Mas de la mitad del dióxido de carbono va a los océanos, otra parte a la tierra, a la vegetación, a los suelos, y lo que sobra a la atmósfera, se está acumulando en la atmósfera. De quién son los océanos? De quién es la atmósfera? De momento es del primero que llega con sus seis toneladas de carbono al año. Esto es una injusticia ambiental enorme y Kyoto realmente no resuelve esto, al contrario, mas bien lo ratificada, da unos derechos adquiridos demasiado generosos.

Creo que hay muchas luchas sindicales que son rojas por fuera en el sentido político y verdes por dentro cuando tantas veces en fabricas, plantaciones o minas ha habido protestas por contaminación, por la salud. Creo que el sindicalismo, tal como aquí está representado, muchas veces ha estado muy cerca del ambientalismo, mucho mas de lo que parece en este tipo de conflictos. También hay conflictos urbanos sobre quién tiene derecho a la ciudad, si se puede andar a pie, etc. Hay conflictos ya del tipo mas del Norte sobre la seguridad de las nuevas tecnologías pero que también afectan al Sur.

Los lenguajes de defensa son estas palabras como el ecologismo, el ambientalismo indígena, el uso de resistencia étnica contra el uso exterior de recursos, el eco feminismo social –como le llaman en la India– en todas partes del mundo las mujeres están en la vanguardia de estas luchas o lo que otra gente ha llamado estudiando la realidad, y lo importante es la realidad y no los estudios. Esto es algo que da fuerza a todo el movimiento de resistencia, estos conflictos crecen, a veces desaparecen pero la tendencia general es que vayan aumentando, por ejemplo el cambio climático va aumentando y por tanto se puede pedir cada vez más la deuda de carbono que el Norte tiene para el Sur. Estos son conflictos locales que se enlazan en redes. Lo que puede ayudar es ver que esto es muy extendido y que está creciendo.

De todo esto se podría derivar que las alternativas vienen de la resistencia y que la política de los gobiernos a veces puede ir a remolque pero que no importa tanto como la resistencia. Pero hablemos un momento de los gobiernos. Hay gobiernos del Sur que a veces se quejan con razón de que hay un proteccionismo del Norte –por ejemplo contra los textiles– a pesar de la retórica del comercio libre. Estos gobiernos también se quejan a veces con menos razón contra el proteccionismo verde del Norte, como en el caso del conflicto contra el atún mexicano y otros sitios, por la muerte de delfines, o los casos de pesca de camarón en alta mar y la muerte de tortugas. Creo, con muchos grupos ecologistas del Sur, que es equivocado poner énfasis en este proteccionismo verde del Norte porque la realidad más abundante es todo lo contrario, es el flujo mal pagado de materiales del Sur hacia el Norte; para pedir mas comercio realmente habría que ver de qué, si mas comercio quiere decir más oro, más petróleo, o más carbón esto significa mas empobrecimiento.

Otra idea que me parece importante es esta que se está discutiendo de los pasivos ambientales, creo que es bien importante pensar en los muchos casos que se podrían calcular en parte en dinero y en parte no. Hay que tener en cuenta los pasivos ambientales como los de Texaco en Ecuador y por la vía de los juicios tratar de llevar a esas empresas a algún sitio, porque si uno espera qué legislación va a hacer el parlamento europeo sobre el tema pueden pasar cincuenta años, cien o doscientos, y si uno piensa qué va a hacer Estados Unidos puede observar que va a quitar la legislación del ATCA que en algunas ocasiones ha servido en estos asuntos. Creo que Kyoto debería verse con menos entusiasmo de lo que a veces se ve, aunque creo que es mejor Kyoto que Bush. Lo que se debería pedir desde el Sur es la deuda de carbono. La cuestión de reconocer la contribución del Sur sería una cosa mas importante y es parte de la deuda ecológica, o sea, la cuestión de derechos de los agricultores en la FAO y de la biopiratería de plantas medicinales por ejemplo, todo esto es parte de la deuda ecológica. Todo esto podría dar lugar a una discusión internacional porque no sólo estos movimientos de resistencia son mas fuertes y se van juntando sino que hay muchas alternativas y argumentos en muchos campos del comercio, del cambio climático, en el tema de la pesca, en el tema agrario, etc., donde la cuestión es exigir la deuda de carbono. Entonces, creo que aquí sí podría haber una confluencia Amigos de la Tierra que es Norte, Sur, Este y Oeste. Sería un buen lugar para discutir estas políticas y no ir a remolque todo el tiempo de la última reunión sobre el último eucalipto que absorbe carbono y cosas por el estilo, y no presentar las alternativas como ya se está haciendo, porque esto realmente es lo que dice Vía Campesina. Gracias.

J. Martínez Alier es economista de la Universidad de Barcelona (España). Ponencia presentada en el encuentro internacional sobre derechos humanos y derechos ambientales, Cartagena, Colombia (2003).