Herramientas y técnicas grupales para abordar en el movimiento ciudadano la relación comercio internacional y ambiente
por Graciela Evia – El movimiento ciudadano maneja ciertas nociones de lo que es tanto el comercio como el ambiente. Por un lado, si bien puede no poseer un conocimiento técnico sobre el comercio internacional, sabe que la base de éste es el intercambio de bienes y servicios. Por otro lado, cuando se refieren a lo ambiental aluden en forma más o menos precisa a la naturaleza que los rodea.
Pero de lo que el movimiento ciudadano pocas veces se percata, es que tanto el comercio como el ambiente están estrechamente vinculados. Esta relación no es explícita para ellos, y por no tener conciencia de esto, no pueden analizar sus múltiples implicaciones.
Resulta interesante constatar además, que esta relación entre comercio y ambiente no solo es desconocida para el movimiento ciudadano. Muchos técnicos y especialistas no toman en cuenta la dimensión ambiental del comercio. Por ello, muchos acuerdos internacionales caen en reduccionismos economicistas, que no rescatan una preocupación ecológica. Ejemplo de ello es el acuerdo del Mercosur.
Contrastando con ello, la temática de los acuerdos de comercio internacional está cobrando una gran envergadura. La negociación del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica, el Mercado Común del Sur (Mercosur), el Pacto Andino y diversos acuerdos de libre comercio son presentados como nuevas opciones de desarrollo.
A pesar de esta gran relevancia, no existen espacios para discutir y hacer explícito el estrecho vínculo entre comercio exterior y ambiente. Una dificultad más que se suma a las anteriores. El análisis de estos temas queda restringido a algunos sectores, generalmente técnicos especialistas, y la ciudadanía no participa. Por un lado, no existen mecanismos para dicha participación. Pero por otro, si los hubiera, quizás no habría interés en opinar porque muchas veces la población no está informada sobre el tema. Y no se puede actuar sobre algo que no se percibe siquiera como problema.
Por ello creemos importante: (a) hacer explícita la interrelación comercio y ambiente a los grupos ciudadanos; y (b) promover la involucramiento y participación activa de la ciudadanía en materia de exigir y proponer criterios ambientales para llevar adelante acuerdos de comercio internacional.
Con este objetivo, se presentan en este documento algunas herramientas prácticas para contribuir a la reflexión sobre estos temas. Estos procedimientos se enmarcan en la línea de trabajo sobre comercio y ambiente que mantiene el CLAES, en particular siguiendo el acuerdo del MERCOSUR. En este sentido se han tenido en cuenta algunas técnicas que el equipo de trabajo del centro ha ensayado en el pasado (especialmente en el taller sobre comercio y ambiente celebrado en Rosario, Argentina, 1991).
Asimismo, la explotación de metodologías que permitan una mayor participación es importante para que el movimiento ciudadano pueda comenzar a brindar sus puntos de vista acerca de la relación entre el comercio y el ambiente. De esta manera, también se estará contribuyendo a fortalecer los procesos democráticos y la arena política en sí misma.
1. Explicitando la relación comercio-ambiente
Se propone como primera etapa hacer explícita la relación entre el comercio y el ambiente.
Marco de trabajo
Para hacer explícita esta relación se trabajará el tema en relación a la vida cotidiana. La cotidianidad es el aquí y ahora del vecino, el ámbito de vida inmediato, de la intersubjetividad, donde las personas adquieren su conocimiento a mano y se socializan adoptando modelos de conducta y de vida que le sirven para manejarse en otras esferas de su quehacer.
Por ello, es preciso iniciar este trabajo de explicitación desde aquello que es sentido como más cercano y conocido, y por lo tanto, más manejable. No es conveniente iniciar el trabajo directamente a escala internacional (atendiendo a acuerdos como el GATT), ya que no se verán directamente los alcances de estos convenios en la vida cotidiana.
Técnica propuesta: Feria de vecinos
Se trabajará a nivel grupal. Los participantes pueden ser integrantes de los grupos vecinales, agentes comunitarios, universitarios, etc.
Se elige un coordinador. Este propone realizar una observación participante en una feria vecinal, ya que éste es un lugar donde la mayoría de las personas intercambian habitualmente bienes y/o servicios. Por ejemplo, se compra y venden productos de la naturaleza como: frutas, verduras, carnes, conservas, huevos y comida en general.
El coordinador explicará a los participantes lo que es una observación participante: una técnica de investigación social basada en obtener datos cualitativos sobre un tema y/o problema. Observación, porque la persona pone en juego todos sus sentidos para percibir datos y sensaciones sobre una situación determinada. Participante, porque la persona puede intervenir haciendo preguntas abiertas y/o cerradas (respuesta sí o no).
Una vez aclarado lo anterior, el coordinador dará la consigna de trabajo: observar y anotar en un cuaderno las impresiones y datos obtenidos sobre la feria. Por ejemplo: diálogos entre vecinos, vecinos-feriantes y feriantes-feriantes; aspectos físicos del entorno de la feria (trato de los objetos, exposición de los mismos, etc.); y cualquier impresión o detalle que les resulte significativo.
El coordinador informa entonces sobre la feria que observarán (dirección de la misma) y se acuerda la fecha, duración prevista de la observación y lugar donde reencontrarse. El coordinador deberá estimular a que los observadores se distribuyan espacialmente en distintos puntos de la feria, aunque puedan coincidir en puntos comunes durante el recorrido.
Una vez finalizada la observación, se realiza una reunión colectiva. Esta instancia deberá estar coordinada por una persona que promueva el intercambio de ideas entre los observadores, así como compartir cómo se sintieron durante la observación, etc.
Opciones
La observación participante puede realizarse en forma libre, o puede acordarse previamente una serie de preguntas a realizar a los vecinos y/o feriantes. Estas pueden dirigirse a puntos concretos que se deseen investigar respecto a si se perciben o no relaciones entre la actividad que están desarrollando y el uso de la naturaleza.
En caso de que no fuera posible visitar la feria, se puede realizar una dramatización que recree este intercambio de bienes. Esto puede ser mejor en los casos en que se desee mayor involucramiento de los participantes. Para esta opción se designarán relatores que escribirán sus observaciones de los diálogos entre los “actores” que representen a vecinos y feriantes.
Propuesta de análisis
El coordinador ofrecerá las siguientes pautas de análisis para el intercambio de ideas acerca de lo observado en la feria. Los comentarios relevantes pueden recogerse en papelógrafos, que queden a la vista de todos los participantes.
(a) Análisis del discurso en sí mismo. Por ejemplo, enumerar contenidos y significantes repetidos en el diálogo (ej.: “vendo”, “caro”, “fruta mal conservada”, “buena calidad”, etc.) como para discriminar temáticas relevantes. Asimismo, pueden analizarse los obstáculos en la comunicación (lo impensado, lo no dicho, etc.).
(b) Análisis de la relación de los actores entre los cuales se dan dichos intercambios. Por ejemplo, respecto a la relación entre vecinos: si buscan calidad o cantidad para abaratar, si intercambian información sobre ofertas encontradas, si disfrutan o no, etc. Respecto a la relación con el feriante: si es de amistad y confianza (siempre compra en el mismo puesto), si es una relación instrumental (lo que importa es “ganarle” al otro), etc. Respecto a la relación entre feriantes: cómo manejan la información sobre ofertas, distribución de productos, si conocen de dónde provienen sus mercaderías, si compiten o cooperan, etc. También es ilustrativo analizar el objetivo de las relaciones en uno y otro actor, si hay conciencia del intercambio, etc.
(c) Una vez realizado lo anterior, puede reorientarse el análisis a repensar la relación directa o indirecta con la naturaleza. En esta etapa, los participantes analizan la información obtenida acerca de lo observado, pero también brindan sus propias vivencias y pensamientos respecto al tema. Se discute si los objetos intercambiados son vistos como productos (cosas) de la naturaleza o como la naturaleza en sí misma. Por ejemplo, se tiene presente que 100 gramos de fiambre provienen de un animal, criado en el campo y procesado en un frigorífico cuya finalidad es la ganancia económica; etc. De esta forma puede iniciarse un debate acerca de los procesos invisibles a través de los cuales se utilizan los recursos naturales, hasta llegar al mercado de consumo público; o hasta llegar a ver las interdependencias con la naturaleza, y el lugar de cada uno en este proceso. Asimismo, puede analizarse los diversos estilos de intercambio: búsqueda de ganancia a cualquier costo, utilización de engaños para vender y comprar mejor, etc. De esta forma, puede avanzarse en la discusión de lo que implica una “negociación”, la lógica instrumental para con la naturaleza, etc. Puede analizarse la utilización de la infraestructura para dichos intercambios, uso de los espacios para vender los productos, etc. De esta forma, puede discutirse acerca de cómo se utilizan los ámbitos ya creados para intercambios comerciales en relación con elementos de la naturaleza, etc.
(d) El coordinador de la dinámica, una vez finalizado el intercambio, deberá evaluar la técnica en sí misma y sugerir actividades para el seguimiento de la discusión. Así por ejemplo, puede entregarse a los participantes, textos sobre algunos de los temas abordados en relación al comercio y el ambiente. Los textos pueden ser leídos grupal o individualmente, y aportar nuevas ideas o ratificar opiniones.
2. La dimensión internacional
En una segunda etapa, una vez explícita la relación comercio-ambiente en la vida cotidiana, se plantea como objetivo trasladar el tema a nivel internacional. En este caso se pueden analizar acuerdos de comercio internacional.
Marco de trabajo
Es importante que pueda pasarse del análisis de lo micro a lo macro, viendo como medidas políticas, económicas, etc., de alcance global, afectan directa o indirectamente los estilos de la vida de las personas. Por ejemplo, a través del cierre de fábricas o pequeños comercios por exigencias de calidad, competitividad, etc.
Técnica propuesta: Canasta de productos
Esta técnica es para realizar en grupos de no más de 15 personas. El coordinador en esta etapa tiene un rol muy activo, ya que da las pautas de trabajo y posteriormente brinda información adicional a modo de taller formativo, para que se vaya relacionando el tema del comercio internacional con sus efectos en el ambiente.
Se conforma una canasta de productos de supermercado, en donde haya sobretodo mercaderías importadas. Por ejemplo, sardinas peruanas, papas holandesas, manzanas chilenas, pasta italiana, papas fritas de EEUU, vinos argentinos, escarbadientes chinos, etc.
Se coloca la canasta en el centro del grupo y el coordinador invita a los participantes a tomar uno de los objetos de la canasta.
Propuesta de análisis
Por turnos, el coordinador realiza una serie de preguntas tendientes a analizar el siguiente proceso en la relación comercio-naturaleza: proceso de producción de productos y proceso de intercambio. Los pasos a seguir van de lo simple a lo complejo. Detallaremos a continuación una de estas secuencias para uno de los productos de la canasta.
(a) Se analiza la etiqueta de uno de los productos, por ejemplo, las sardinas peruanas. Así se puede trabajar el tema del consumo, la conciencia que se tiene o no sobre lo que se compra-vende, motivos de elección de los productos, etc. Se relaciona esto con el estilo de vida en la cotidianidad y con la oferta-demanda de bienes y servicios.
(b) Se inicia la etapa de taller formativo. El coordinador brinda información extra con recursos audiovisuales y gráficos. Por ejemplo, datos sobre cómo se producen dichas sardinas, situación de la pesca en el Perú, cifras en términos de importación-exportación, impactos ecológicos sobre las poblaciones del pez, etc. Se compara luego esta situación con respecto al país propio. Es decir, si el país produce o no sardinas, porqué las importa, si es un producto protegido o no a nivel nacional, etc. La idea es que esto se vaya relacionando no sólo con el estilo de vida de cada uno sino también con el estilo de desarrollo que cada país lleva adelante y sus efectos respecto a los recursos naturales.
(c) Luego de esta etapa, el coordinador entrega por escrito al grupo, algunas cláusulas del acuerdo de comercio internacional relativas al problema en estudio. Se lee y analiza en subgrupos en función de lo conversado anteriormente.
En una instancia posterior plenaria, se discute acerca de las variables económicas y políticas en juego a la hora de implementar estos acuerdos. Se analiza asimismo si dichas cláusulas contemplan la dimensión ambiental o no.
Por otra parte, es oportuno balancear el análisis de lo micro a lo macro y vuelta a lo cotidiano. Por ejemplo, si alguna vez se preguntaron por el problema de la pesca de sardinas en el país, cuántas familias viven de esa producción, cuál es la ganancias de los intermediarios, empresas o fábricas, etc. Asimismo, puede discutirse si el recurso está siendo o no bien explotado, si es necesario importarlo, tomar medidas de protección y control de este recurso, etc.
(d) Finalmente, todo lo discutido puede encausarse al análisis de los mecanismos de participación pública para incidir en la gestión ambiental.
Preguntas evaluatorias como las siguientes pueden ayudar a ésto: ¿qué pueden hacer los ciudadanos para revertir el actual olvido de la dimensión ambiental en los acuerdos de comercio? ¿En qué ámbitos puede darse una discusión colectiva? ¿Cómo reacciona el Estado frente a estos temas?
Comentarios finales
A partir de los ejercicios aquí ejemplificados se pueden diseñar otras nuevas herramientas. En cada caso es necesario ajustarlas a las demandas y coyunturas locales. La bibliografía recomendada puede ser de utilidad en ese esfuerzo. Ella se puede completar con materiales que se están generando desde los ámbitos vecinales, campesinos, sindicales y empresariales. De cualquier manera, por lo general, cualquiera de ellos necesita de una re-elaboración que permita recuperar los aspectos ambientales.
Bibliografía recomendada
Alforja (1987) Técnicas participativas para la educación popular. San José, Costa Rica.
Gudynas, E. y G. Evia (1991) La praxis por la vida. Introducción a las metodologías de la ecología social. CIPFE-CLAES-Nordan, Montevideo.
Ovalles, O. y M. Viezzer (1990) Manual de educ-acción ambiental. CEAAL-Universidad Central de Venezuela, Fac. de Arquitectura. Santiago de Chile.
Publicado en la serie Temas Clave No 2, CLAES, agosto de 1995.