Manifiesto salvaje: dominación, miedo y desobediencia
Eduardo Gudynas
¿Queda algo de lo salvaje en el siglo XXI? En las selvas y sierras ya casi no hay sitios que sean realmente silvestres ni que estén libres de alguna huella del capitalismo contemporáneo. Las bestias salvajes apenas sobreviven en pocos sitios, y son más conocidas por los documentales televisivos o detrás de las rejas en zoológicos. El indígena ya no debería ser salvaje, y si lo fuera sigue sin ser un elogio para muchos. La ecuación es menos salvajismo y más modernidad, menos selva y más plástico.
¿Qué significa ser salvaje hoy? En el vocabulario actual esa palabra tiene otros usos. Algunos la usan para denunciar como salvajes a los que hacen la guerra o a los mercenarios en las bandas de narcotraficantes. Es lo que detestamos. Pero en sentido contrario, salvaje también puede ser el slogan en la publicidad de un desodorante o un perfume. Es una ancestralidad animal que algunos añoran.
Sea de un modo u otro, salvaje no es una palabra cualquiera. Mucho menos es un término sin historia. Ha marcado el devenir del sur global desde el primer día de la colonización. Se intentó aplacar el temor fundacional imponiendo la civilización sobre lo salvaje, sea sobre otros humanos o sobre la Naturaleza.Ante las múltiples crisis que ahora enfrentamos, se vuelve inevitable romper con ese acatamiento que nos deja cada vez más indefensos e inmovilizados. Es tiempo de desobediencias, y para ello, necesitamos volver a ser salvajes.
Estos y otros temas se abordan en el artículo Manifiesto salvaje. Dominación, miedo y desobediencia radical, publicado en la revista Palabra Salvaje en 2020. Se puede descargar aquí…
La publicación original disponible en formato simple aquí…
Además, el artículo fue reproducido en ALAI (Agencia Latino Americana de Información) aquí, Rebelión aquí, Servindi (Servicio de Información Indígena) aquí, periódico Desde Abajo aqui, entre otros sitios.